viernes, 9 de septiembre de 2016

✩ Virgile y William

En el camino a St. Valery sur Somme de nuevo me sorprendieron varias montañas y mis piernas estaban como ladrillos, sin embargo fue un buen entrenamiento para fortalecer mente y mi cuerpo, después de todo la idea no es bajarme y caminar cada vez que haya una montaña. Hice el esfuerzo y pedaleé una buena subida, mi estrategia fue desviarme hacia lo plano en cada esquina para descansar y tomar impulso de nuevo. Siempre es gratificante subir una montaña, aunque no me gusta y probablemente siempre trataré de evitarlas, lo recomiendo completamente, es un gran ejercicio de meditación, requiere paciencia, esfuerzo, compromiso y perceverancia. Queda una sensación muy positiva cuando se llega a la cima, una sensación que perdura. 

En el camino pasé por La Tréport. La ciudad esta como dividida por el mar y hay como una isla en la mitad (mirar google maps), un puente conecta todo esto,  recuerdo mucho que como no sabía esto pedaleé todo alrededor con viento fuerte en contra en vez de cruzar el puente, me sentí muy tonta cuando vi el puente y entendí cómo funcionaba, pero bueno, cosas como estas pasan todo el tiempo cuando se viaja. Dos minutos después ya no importaba, pues estaba fascinada con la arquitectura del lugar: casas de muchos colores, formas muy diferentes y en frente, el mar. Almorcé en la playa y me quedé un buen rato descansando y disfrutando del paisaje, del momento.

Saliendo de la Tréport me volví a encontrar con Bernard y su familia, no estoy muy segura de que haya sido una coincidencia, pues él estaba muy preocupado de que yo encontrara el camino. Se pusieron muy felices al verme. Fue un corto saludo y seguí mi camino.




Después de más montañas encontré mis carretereas favoritas en Francia, sin carros, delgaditas, en las que se puede avanzar rápidamente y muchas veces impulsada por el viento, el sueño de casi todo ciclista, así llegué pronto a St. Valery sur Somme donde me quedaría con Virgile de Warmshowers.

Virgille había llegado hace quince días de su viaje en bici que duró cinco años. Siempre recordaré que me dijo que le gustaban mucho las montañas pues en la cima siempre la vista es mejor, y tiene toda la razón, pero ese día mi recompensa tras subir varias montañas no fue la vista sino la suerte de poder compartir con él y su padre, fue una corta estadía pero llena de buenos momentos y sonrisas. 

Como buen viajero en bici, Virgile sabe exactamente lo que una viajera en bici necesita. La hospitalidad no se hizo esperar, me dijo que tomara una ducha, me dejó lavar ropa y me dio mucha comida. En warmshowers la hospitalidad se basa en parte en la reciprocidad, pero también en el dar sin esperar algo a cambio. Virgile me dijo que cuando recibió mi solicitud decidió aceptarme pues había recibido mucha hospitalidad y ayuda cuando estuvo viajando en Colombia.

Luego de una ducha fuimos a pasear por la parte medieval de St. Valery. Hay un arco por el que pasó Juana de Arco, un castillo... fuimos a tomar algo al lado del mar, luego a un mirador desde el que se ve la ciudad, también pasamos por un barrio de marineros, la particularidad es que las casas son muy pequeñitas. Fue genial estar con ellos pues eran muy conocedores del lugar y aprendí mucho. Siempre hubo tema de conversación, y aunque al principio William no recordaba mucho inglés pronto empezó a hablar bastante y se fue rompiendo la barrera lingüistica, o igual Virgile nos ayudaba con la traducción. Fue muy interesanate oir de sus viajes, ambos son viajeros y tienen una especie de competencia por los viajes, aunque Virgile gana sobrado después de cinco años viajando, William tiene posibilidades con el viaje que hizo a Afganistan en carro hace años.




Una de las cosas màs maravillosas de viajar es conocer la culinaria en los diferentes lugares que se visitan, aunque no es fácil encontrar lo que es realmente típico en cada lugar dada la globalización de la hamburguesa y del kebab, todavía se puede conocer bastante. Y otra cosa maravillosa es tratar de preparar esos platos cuando se esta de regreso, y eso es lo que está haciendo Virgile ahora que està de regreso. Ese día había preparado musaka, uno de mis platos favoritos, y le quedó deliciosa!! también hizo un postre de manzana típico francés, también muy rico!!

La gran sorpresa de mi visita fue que me llevaran a ver focas en el barco de William. Salímos a eso de las 7am antes de que subiera la marea, estuvimos super cerca de las focas que son adorables!!! y fue muy divertido el trayecto en el barco que saltaba con las olas. De regreso fuimos a La Cretoy, la ciudad al frente de St. Valery, los habitantes de St. Valery solo van allí a admirar su ciudad desde el otro lado y los habitantes de La Cretoy solo van a St. Valery a ver su ciudad desde allí, hay un poquito de rivalidad entre ellxs. El resto de día fue de descanso y Virgile continuó preparando deliciosa comida.







Otra de las ventajas de quedarse con locales es que se conoce màs del lugar, por ejemplo Virgile me habló de los estereotipos que hay sobre la gente del norte de Francia, la cultura Ch'ti y me mostró una pelicula que se burla de estos estereotipos y xe las diferencias entre el sur y el norte, algo que de otra manera jamàs hubiera sabido. Virgile es el guía perfecto, pues se esfuerza porque tengas una provechosa estadía. 

Por mi me hubiera quedado más tiempo, la pasé muy muy bien con ellos y quedé super agradecida. Queríamos tocar algo de música ya que Virgille tiene una colección de flautas que compró en su viaje y yo tengo mi ukulele, pero había que dejar una razón para el reencuentro, pues en verdad espero verles de nuevo!!! 





viernes, 2 de septiembre de 2016

✩ The biggish bike trip en francés

El siguiente país que visitaría era Francia. Crucé por un ferry no muy conocido que va de Newhaven a Dieppe. En el camino de Brighton a Newhaven hay una cicloruta costera excelente que facilita una buena parte del camino. 

Salí con mucho tiempo para evitar retrasos, era lo mejor teniendo en cuenta que me estaba perdiendo casi cada esquina, pero no ese día, llegué a Newhaven en menos de dos horas y tuve casi cinco horas para descansar pues el ferry salía casi a las 12pm.

Los cruces fronterizos siempre son un dolor de cabeza para lxs colombianxs (papeleo, preguntas, revisión de equipaje), por eso en parte también quería llegar con tiempo y estar tranquila. Las noticias no pintaban muy bien por esos días, el cruce de Dover a Calais estaba super trancado pues la inmigración francesa estaba muy estricta con el chequeo debido a los atentados, así que iba preparada para largas filas y estrés. Por suerte fue todo lo contrario, la mayoría de tiempo estuvimos solo como tres personas en la estación, cerca de las 11pm empezaron a llegar unos más y varios ciclistas: una familia francesa de cinco, unos no muy ciclistas (tener solo alforjas atrás o maletas en la espalda es una buena manera de distinguir) y poco amigables, uno de Noruega muy cansado y otro que conocí después cuando ya estabamos en Francia.  


El embarque fue rápido y sencillo, cero filas o retrasos. El paso dura cinco horas, sabía que no me dormiría sino como en dos o tres horas, así que preferí escribir en mi blog. El desembarque fue un poco más lento por el control migratorio, pero los ciclistas no tuvimos que esperar tanto, yo me hice de últimas porque sabía que lo mio tomaría más tiempo. Alisté toodos los papeles que llevaba y crucé los dedos para que todo estuviera bien. Los otros ciclistas pasaron super rápido, en mi caso el oficial tuvo que revisar seguramente si necesitaba visa o no, hacer un registro y así, pero me aprobó sin problemas y sin siquiera revisar un papel!! The biggish bike trip continuaría en Francia!!!!!

Todxs los ciclistas desaparecieron rápidamente menos Jerry de Inglaterra, un viajero bien particular que viaja lento, sin fecha limite, con muuucho equipaje y con Pippa, una perrita. Este es su blog: https://nomadjerry.com. Jerry es un verdadero nomada, ha viajado por casi todo el mundo desde muy pequeño y no tiene intensiones de parar, es por eso que su bici es tan pesada pues realmente es su casa, tiene repuesto para casi todo, incluso me dio uno de sus lazos de repuesto para remplazar uno que perdí mientras sacaba los papeles para mostrar en inmigración. Carga maquina de coser (de las pequeñitas.... :s), equipo de pesca, dos opciones de carpa, entre muchas otras curiosidades, por eso le es dificil hacer más de 35km al día o pasar desapercibido, todo el mundo queda asombrado con su vehículo.



Hablamos un buen rato de nuestros planes, tomamos un café y esperamos a que amaneciera, luego él se iría a buscar un camping y yo para un hotel pues cumpliendo los requisitos de entrada en la zona shengen, tenía reserva en un hotel (pero solo para esa noche jiji ;)). La habitación no estaba lista aún, mientras fui a explorar Dieppe o más bien a buscar qué comer, lo primero que comí fue un croisant que me atrajó con su olor de pan fresco típico francés. 

Empecé a caer en cuenta de que mis once meses en Inglaterra realmente habían terminado, no más Bournemouth ni Southampton, no más inglés o cleaning, no más Spanish lessons, no más pic nics en la playa ni casitas de colores, no más pounds, no más Jurassic Coast o New Forest... atrás quedaban amigos que no vería en un bueeen tiempo, todas las subidas y bajadas, ilusiones y desilusiones, eso sí, quedan las ganas de volver.

El ambiente era tan diferente, era en parte como un sueño escuchar el francés, ver los contrastes, una nueva arquitectura, ir a un supermercado y ver los productos tan diferentes. Un ferry me llevó a un mundo nuevo en cinco horas y me dejó ahí con un hogar de dos ruedas. El reto se ponía más complejo y yo feliz lo acepté.


Dieppe - Tout va bien

Ese día fue de descanso total, o màs o menos, a veces pienso que viajar es un trabajo de tiempo completo, tenía que lavar ropa, planear ruta, enviar mensajes a hosts de Warmshowers, buscar proyectos en Workaway y así...  

Al otro día comenzó el 'biggish bike trip' en francés, recordando un poco lo que es viajar en bici en Francia, las montañas al lado del mar, entender que viajar al lado del mar no significa plano, los rollos de heno, paisajes bucólicos, gente que no entiende tu francés y gente que no puede parar de ayudarte. Salí retrasada de Dieppe porque me perdí un buen rato buscando un Decathlon para comprar gas para cocinar esa noche. Encontré unas buenas subidas que no esperaba y que me retrasaron bastante, pero la mayor parte del tiempo anduve por una ruta bien bonita y casi sin carros. A eso de las cinco estaba lloviendo y ya estaba un poco cansada así que decidí buscar un camping como a 15km antes de mi destino en Criel-sur-Mer.



Le pregunté por un camping a un señor que pasaba por ahí y casualmente iba para el camping en el que se estaban quedando él y su familia asì que me fui con él. Fue muy bueno encontrarlo porque fue suuper amable y servicial, cuando estaba poniendo la carpa empezó a llover y él me cubrió con un parasol mientras la armaba, luego su papá me trajó otro parasol los cuales fueron muy útiles para poder cubrirme de la lluvia mientras cocinaba. Estaba muy contenta en mi primera noche de camping, pese a que comprobé que mi carpa es demasiado pequeña. Era la primera vez que acampaba sola. Fue chevere cocinar, hice arroz con amaranto y una ensalda de tomate y pepino. De nuevo Bernard me ayudó pues mis habilidades planeando no llegaron al punto de poner un encendedor en mi equipaje para encender el gas. Después fueron por pizza y me ofrecieron una completa, también me dejaron cargar mi celular en su remolque. Ahhhh la hospitalidad de la gente!!!!






Al día siguiente iba hacia St. Valery sur Somme. Otra gran experiencia me esperaba.