miércoles, 12 de octubre de 2016

✩ Reencuentro en Hamburgo

Después de pasar la noche más horrible de todo el viaje, - en la que a duras penas dormimos gracias a unos fastidiosos y desagradables insectos invisibles que nos picaron toda la noche-, continuamos nuestro camino hacia Hamburgo, donde veríamos a Sabrina. 

Animalitos súper tiernos del camino 

Un descanso

Continuamos pedaleando al lado del río Elba, lo cual facilitaba la navegación pues solo seguíamos el río. Llegamos relativamente temprano a Hamburgo. Sin embargo, una vez allí, si tuvimos problemas para llegar a la casa de Sabri, quien muy amablemente había ofrecido hospedarnos a lxs dos. Siendo una ciudad grande es difícil ubicarse y entender como funcionan las cosas. 


Ya casi llegamos!!

Primera vista de Hamburgo


Con Sabrina

 Natan en teoría se quedaría solo por una noche, pero terminaron siendo dos. Yo me iba a quedar tres noches y terminaron siendo tres. Sabri fue muy buena anfitriona, nos mostró la ciudad y nos llevó a varios planes con sus amigxs y compañerxs de apartamento. 


Navegando en el río

Por esos días, también venía otro colombiano a visitarla -ya ven lo hospitalaria que es Sabrina- y fuimos a bailar salsa a un bar con la mejor música latina, que ya me hacía mucha falta.

Sabri tenía panela y hariana de maíz para lxs colombianxs. Este fue el resultado.

Me encantó ver a Sabri después de tres años, sin duda conocerla ayudó a que tenga muy buenos recuerdos de mi tiempo en Hamburgo. :-) Lo único triste fue despedirme de Natan, un compañero de viaje muy especial, y de Sabrina, una gran amiga y anfitriona. 

Muchas gracias por todo, Sabri y Natan!!! Espero verles pronto :) 




✩ Nómadas en Alemania

Llegamos a Alemania!! nuestros primeros días de pedaleo estuvieron marcados por la lluvia y por la hospitalidad alemana que nos sorprendía en los momentos más oportunos. 

Como les contaba anteriormente, Natan y yo posiblemente somos los ciclistas más lentos y distraídos del planeta, así que no fue raro que en el primer día en Alemania nos cogiera la noche sin llegar a nuestro objetivo y sin ningún plan sobre dónde dormiríamos. Estábamos en un nuevo país, no sabíamos si era normal preguntarle a alguien si podíamos acampar en su terreno, o si podíamos solo dormir en un bosque.

Después de un rato de pedalear en la oscuridad sin ver opciones para dormir, convencí a Natan de que preguntáramos en una casa con un jardín enorme si podíamos acampar ahí, la señora inmediatamente aceptó. Fue súper amable con nosotras, nos dio café con galletas y conversamos un buen rato. También nos aconsejó que no buscáramos un lugar para dormir tan tarde, pues la gente podría desconfiar. Yo no entendía nada, estaba muy agradecida de que Natan estuviera allí!! Ya su holandés había sido clave en nuestros últimos días en los Países Bajos, y ahora su alemán nos seguía sacando de apuros.
Nuestra cena: pasta con honguitos.
Nuestra querida anfitriona.
El día siguiente amaneció lloviendo, fue bueno porque descubrimos que la carpa de Natan dejaba pasar toda el agua, pero muy malo porque su carpa se había inundado y algunas de sus cosas estaban mojadas. Por suerte, la señora había ido en su ayuda y nos permitió usar la secadora. Antes de irnos nos dio desayuno y nos mostró su finca. 

Encontramos rutas buenas para pedalear en Alemania, si bien no habían muchas ciclorutas, habían vías muy tranquilas que atravesaban bosques, solo para Natan y yo, rara vez pasaba un carro. Sin embargo, también encontramos vías terribles sin pavimentar, por donde era imposible pedalear, incluso una vez tuvimos que devolvernos porque era imposible pedalear. Más adelante me encontraría con más de esas carreteras....

Era peor de lo que parece.
A veces la cicloruta se acaba.
A medida que se va yendo la luz, va llegando la necesidad de buscar un lugar para dormir, esa es la vida del nómada. Esta vez, quisimos asegurarnos de encontrar un lugar un poco más temprano. De nuevo tuvimos suerte: vimos una casa con jardín grande y preguntamos si podíamos acampar allí, nos dijeron que no, pero nos recomendaron echar un ojo a un kiosko en un parque muy cercano. No entendíamos bien a qué se referían, pero entendimos cuando vimos una casita en un bosque muy cerca de la carretera. Era más que un kiosko, era una cabaña con electricidad, mesas y todo. Nos adueñamos de la cabaña, cocinamos y dormimos muy tranquilos y seguros.


La cabaña
Nuestra cocina.
El paisaje básicamente eran potreros con muchas vacas y ovejas, se turnaba con un poco de bosque.



Ese día tampoco tuvimos suerte para encontrar temprano un lugar para dormir. Ya se estaba haciendo tarde y estábamos un poquito preocupados pues parecía que iba a llover... teníamos hambre. Paramos a pensar en nuestras opciones en un pueblito pequeño, justo al frente de un restaurante griego, que no estaba entre nuestras posibilidades y tampoco solucionaba nuestros problemas, pero que se veía muy tentador a esa hora y con esa hambre. Mientras pensábamos qué hacer, se nos acercó una señora, le habló a Natan por un buen rato. Finalmente, Natan me explicó que nos estaba invitando a cenar en el restaurante griego. Dijo que admiraba a lxs viajerxs y por eso quería hacerlo.

Ella me recordó mucho a la otra señora que nos había hospedado en Países Bajos, nos contó toda su vida y obra, también con varias historias tristes y melancolía. Después de cenar, nos invitó a quedarnos en su casa. No salíamos del asombro, una vez más fuimos rescatados por la hospitalidad alemana. Al día siguiente la señora nos dio plata para desayunar. Es una hermosa persona!!!!
Nuestro ángel anfitrión de la noche.
Seguimos nuestro camino hacia Bremerhaven y luego a Cuxhaven, tuvimos que tomar un ferri y por suerte ese día nos rindió bastante. En Cuxhaven encontramos un restaurante turco y no nos resistimos, además recordamos nuestros días en Turquía con nuestras amigas. Mientras disfrutábamos nuestra comida, empezó a llover y de nuevo teníamos que buscar donde dormir porque ninguno de los anfitriones de Warmshowers en Cuxhaven nos respondió. Ese día se veía más complicado, pues estábamos en una ciudad relativamente grande donde normalmente es muy difícil encontrar un lugar para dormir.

El camino a Cuxhaven:


Quería tomar este barco hacia Southampton :( 
Buscamos campings y hostales  en internet, al parecer no había nada y/o todo era muy caro. Encontramos un apartamento que aparentemente estaba libre y a un precio muy económico, fuimos hacia allá pero cuando llegamos no había nadie. Estábamos un poco estresados pues seguía lloviendo, ya estaba oscuro y estábamos seguros de que esa noche ya nadie nos iba a rescatar. Nos quedamos en la calle pensando qué hacer y al parecer, viéndonos un poco desesperados y tristes. Ya nos íbamos a ir, cuando se nos acercaron dos personas (¡¡Increíble!!!) y nos preguntaron si estábamos bien o si necesitábamos algo. Les contamos nuestra historia y nos dijeron que nos podíamos quedar en el apartamento de su hijo que no estaba en el momento. Aceptamos estupefactos. 

Nos dijeron que una de ellas había pasado y nos vio tristes y preocupados y por eso decidieron venir a ayudarnos, también nos contó que su hijo era soldado y cuando ha estado en problemas la gente lo ha ayudado, por eso decidió hacer lo mismo con nosotros. Esta vez estábamos en un duplex completamente amoblado!! La señora salió temprano y nos dijo que saliéramos cuando quisiéramos. Nosotros no lo podíamos creer. Estábamos tan impactados y conmovidos por la generosidad y la confianza de la gente que no sabíamos qué pensar. Obviamente estábamos muy agradecidos muchos parámetros y estereotipos estaban cambiando en nosotros con tan bonitas historias.
Puedes tomar lo que necesites y dejar el dinero. 
Seguimos nuestro camino por la cicloruta del río Elba, ya muy cerca de nuestro objetivo: Hamburgo. La ruta era más fácil de encontrar, solo teníamos que seguir el río, por lo que nos rendía mucho más. En la última noche antes de llegar a Hamburgo no tuvimos mucha suerte, o más o menos: nos dejaron quedar en un granero, lo que se veía muy bien, pues el heno se ve cómodo, sin embargo, fue de mis peores noches en todo el viaje, pues había unos insectos miniatura que nos picaron toda la noche, eran insoportables. A las seis ya estábamos listos para irnos. Eso sí, el señor que nos dejó quedar allí fue muy amable por hacerlo, además nos llevó tinto en la mañana :)!


Ya casi llegábamos a Hamburgo, donde nos esperaba Sabri :)!!!


✩ Viajando con Natan en los Países Bajos

Después de Hoorn pedaleé hasta Enkhuizen donde tomaría un ferri a Stavoren. Estaba contenta porque habría un nuevo integrante en el "equipo" (conformado por Unicornio y yo) ☺: mi amigo Natan. Ese día llegaría a Leeuwarden y nos encontraríamos al día siguiente, así que de alguna manera tenía que cruzar el charco (ver mapa). Planeaba cruzar el dique, pero la ruta más rápida, y al parecer la más bonita era tomando el ferri. Varios ciclistas estuvieron en contra de cruzar el dique, pues era excesivamente ventoso, y como sabemos, el viento es el enemigo no. 1 de los ciclistas ;(. 


A la hora en la que llegué a Enkhuizen, no me quedaba más remedio que esperar el ferri que salía a las 3pm hacia Stavoren y llegaba a eso de las 5pm. No me daba mucho tiempo para llegar a Leeuwarden, así que decidimos encontrarnos al otro día en Sneek, un lugar entre Stavoren y Leeuwarden. Al llegar a Stavoren, pedaleé por un rato hasta que encontré un camping, el recepcionista me informó que era la primera colombiana en hospedarme allí, yeaiiii!!!

En el ferri a Stavoren.
Encontré estos zapatos de mola hechos en Colombia, a 80euros!!
Enemigo no. 2 de los ciclistas: estas puertas.  
El hermoso unicornio en el fondo ☺☺!!
Al otro día salí temprano a encontrarme con Natan. O bueno, traté de salir temprano, pero mis amables y curiosos vecinos en el camping iniciaron la conversación y me ofrecieron desayuno, no quería ser grosera, así que me dejé  demorar. 

Una ruta aparentemente fácil y corta terminó siendo un laberinto con ferri miniatura incluido. En algunos lugares construyen puentes para cruzar un río, pero allí tienen un ferri, te demoras como cinco minutos en cruzar y como diez minutos esperándolo. Pese a la demora, no lo cambiaría, es demasiado pintoresco, hasta me tomé una foto con el conductor.



Finalmente, llegué dos horas tarde a mi encuentro con Natan en Sneek. Creo que no estaba tan molesto, después de todo no nos veíamos desde hace dos años. Conocí a Natan cuando nos quedamos con el mismo anfitrión de Couchsurfing en Estambul, cuando supo que estaba viajando en bici cerca de su hogar en Bruselas, decidió unirse por un tiempo☺. Fue muy chévere tener compañía, además Natan me permitió acercarme más a los lugareños por saber el idioma. 

Estuvimos hablando por un bueeen rato, había muchas cosas por contar, así que al final ese día no pedaleamos mucho. Sin embargo, si tuvimos mucha suerte, y la verdad es que si bien Natan y yo no somos el equipo más disciplinados, ni los mejores planeando, sí tenemos muy buena suerte. Ya lo verán!

Se hizo de noche y estábamos muy lejos de nuestro objetivo. Le preguntamos a unos abuelitos que iban en bici sobre un lugar para acampar y nos dieron algunas ideas. Natan siguió hablando con ellos -las ventajas de hablar el idioma-, y como cosa curiosa, una señora nos ofreció un lugar para dormir. Nos hospedó en una casa que arrienda de vez en cuando, pero que al momento estaba vacía. Así pasamos de no tener un lugar para dormir a eso de las 9pm, a estar en una casa solo para nosotrxs. Pudimos cocinar, teníamos internet e incluso nos invitó a desayunar... Todo salió perfecto!!! Lo mejor, es que creo que nosotrxs no fuimos lxs únicos beneficiadxs, la señora estaba muy contenta de hablar con nosotrxs, de hecho le contó a Natan toda su historia y los problemas que había tenido últimamente. Nos pidió que la llamáramos y que mantuviéramos el contacto. Era una señora muy tierna, nos dejó pensando lo solas que se pueden llegar a sentir las personas a cierta edad.
Nuestra anfitriona por accidente. 
Nuestro siguiente objetivo era Groninga, y esta vez sí teníamos que llegar, pues nos esperaba un anfitrión de Warmshowers. La verdad es que no era lejos, sin embargo Natan y yo somos igual de distraídos, y dos distraídos difícilmente pueden llegar muy lejos jajaja. Cada pausa de diez minutos se convertía en una hora, encontrábamos gente que nos hacía conversación, comíamos y hablábamos mucho... En fin, estábamos yendo a nuestro ritmo, así que nos tomó un resto de tiempo llegar. Llegamos a eso de las 9pm, súper agotados, pues nos tocó correr mucho al final. La sorpresa fue que no había nadie en casa, estuvimos esperando como una hora.

Nuestros anfitriones de esa noche eran Ali y su hermano Hamid, de Irán.  Ali estaba haciendo su maestría en Groninga y su hermano viaja por Europa y Asía gracias a su negocio de bicicletas. Fueron muy amables y tuvimos muy buenas conversaciones. A la mañana siguiente nos dieron un gran desayuno.

Hamid estaba muy consternado con mi bicicleta, jajajja. Para un experto, mi bicicleta se veía muy regular, le parecía increíble que hubiera pedaleado así desde UK y que planeara llegar así a Alemania. La verdad es que mis llantas ya eran casi planas, cero agarre... los rayos, los pedales, los guardabarros... en fin, estaba aterrado!! Para quedarse más tranquilo, me regaló una nueva cubierta para la llanta delantera que era la que más lisa estaba. No pude decir que no, quedé muy agradecida y sorprendida por semejante gesto, además que era de muy buena marca, probablemente valía casi lo mismo que la bici entera jajaja. Ya había oído yo de las hospitalidad de los iraníes.
Hamid y Ali, mejorando a Unicornio :) 
Con nuestros anfitriones en Groninga
Nos dieron un tour por la ciudad y seguimos nuestro camino. Planeábamos llegar ese día a Alemania, pero no fue posible -por más cerca que estuviéramos-. Además, planeábamos tomar un ferri desde Delfzijl a Emden, pero no sabíamos que el ferri en esa época del año salía solo tres días a la semana. No nos quedó más remedio que resignarnos a que ese día no cruzaríamos la frontera.

Lo verdaderamente complicado era que no teníamos comida. Todo estaba cerrado y los pocos restaurantes que habían eran súper caros. Intentamos conseguir algunas sobras gratis, como muchos otros viajeros hacen, pero no corrimos con suerte. En un hotel, logré hablar con la cocinera, que  muy amable nos dio comida, sin embargo, el encargado se dio cuenta y nos cobró jaja. Esa noche no contamos con mucha suerte con un lugar para dormir, pero logramos acampar en el andén de un parqueadero de trailers, fue lo suficientemente tranquilo y seguro para dormir, además gratis.


Despertando en el parqueadero. 
 Al día siguiente seguimos nuestro camino, esta vez sí directo a Alemania!!!!!!




✩ Amsterdam y la casa de Ana Frank

En mi tiempo en Amsterdam me quedé en casa de Pascal, donde también se estaban quedando Anna y Marie Laure de Francia. Ellas estaban también haciendo un viaje en bici desde el norte de Francia hasta Amsterdam. Son unas chicas súper queridas.

Esa noche cenamos pizza, hablamos un buen rato y fuimos a dormir. Al día siguiente me les uní para recorrer la ciudad. Primero, fuimos hacia Marken, al norte y hacia las afueras de Amsterdam. Un lugar espectacular!! de lo más bonito que vi en el viaje, y sin duda, la mejor forma de recorrer la zona es en bici. Pese a ser tan lindo, no es tan turístico, así que aún mejor, se puede disfrutar la paz del lugar sin mayores distracciones. 





Regresamos en la tarde a Amsterdam Centro y fue un poco chocante ir de la tranquilidad de aquel lugar al ruidoso y excesivamente turístico, Amsterdam. Sin embargo, una ciudad muy interesante y que vale la pena visitar. Los canales, la arquitectura, los museos y el impresionante número de bicicletas, que para mi son las que hace a Amsterdam tan especial.   Estuvimos tomando algo y luego pedaleamos por ahí. Ellas ya la habían recorrido la ciudad, así que fueron las guías. Incluso pasamos por el barrio rojo, pero no nos gustó, así que salimos muy rápido de allí. Como despedida de Marie Laura y Anne de Amsterdam, fuimos a cenar a un restaurante vietnamita.  Terminamos  muy cansadas, pero valió la pena toda la pedaleada y conocimos bastante.

A Unicornio le luce Amsterdam ♥
Al otro día todos salíamos temprano: Pascal a trabajar, Marie Laura y Anne  hacia la estación de tren para volver a Francia y yo a explorar Amsterdam.
Adiós a las chicas. 
Ese día visité la casa museo de Ana Frank, uno de mis objetivos del viaje. Como me imaginé fue una experiencia fuerte, pero muy valiosa. La manera en que está dispuesta la casa-museo y todos los mensajes sobrecogedores de la exposición te hacen compenetrar con la historia e inevitablemente te dejan pensando sobre toda la locura que hay en el mundo. En especial sobre cómo después de todo lo que pasó en Europa, y de los mensajes de "this could happen again", cómo puede repetirse lo mismo en otros países ante la mirada cómplice del mundo entero!! Me parece necesario tener estos choques emocionales de vez en cuanto para no olvidar que no todo es diversión, la gran ventaja de viajar es poder ver el mundo como es, así lo que a veces veamos no sea muy feliz, hay que aprender de todo ello.

Algo así era la vista que Ana Frank tenía de Amsterdam.  

Fue un día muy tranquilo de reflexión pedaleando por ahí. En teoría me iba al día siguiente, pero como no había visto mucho de Amsterdam, Pascal me ofreció quedarme una noche más y acepté, pues quien sabe cuándo pueda regresar. Fue muy bueno porque no tenía muchos planes para los días siguientes, así que me daba la oportunidad de planear y dar algunas vueltas más por la ciudad.

Amé este invento!!!!! 
Después de Amsterdam seguí hacia Hoorn, pasando por Monnickendam y Volendam, ambos lugares maravillosos. En Hoorn me quedé con una familia de Warmshowers. Fueron muy amables y hospitalarios, disfruté mucho las conversaciones con ellos. Lo triste fue que me contaron que fueron atracados violentamente cuando viajaban por Colombia en los años 80. Les gustó la naturaleza fascinante de Colombia, pero les marcó muy negativamente aquella experiencia, sin embargo, tuvieron la amabilidad de hospedarme y esperan que las cosas sigan mejorando en Colombia. Me encantó su colección de mapas de lugares que han visitado, especialmente el de Colombia.

Viajando utilizando el sistema de puntos. :) 
Antiguo mapa de Colombia.
Siempre fue relativamente encontrar alguien que me hospedara en todo el viaje por los Países Bajos, realmente es un país muuy amigable con los viajerxs en bici ☺☺!! 

Mis anfitriones en Hoorn.