domingo, 6 de diciembre de 2015

✩ Un regalo de cumpleaños

Esta es la segunda vez que un cumpleaños me coge lejos de casa. De nuevo, sin mayores expectativas pasaron cosas maravillosas, confirmando que más allá de lo difícil que puede ser estar lejos de los seres queridos vale la pena atreverse a salir de casa y conocer nuevas personas, nuevas culturas, nuevos mundos.

El día anterior a mi cumpleaños se organizó un almuerzo con  lxs amigxs más cercanos. Fuimos al que hasta el momento es mi restaurante favorito en Bournemouth: Mad Cucumber, por supuesto, vegetariano. Ya en la tarde noche, fue tarde-noche de películas, uno de mis planes favoritos del mundo. Éramos pocos pero fue muy lindo estar acompañada ese día. Muchas gracias a quienes estuviera allí!!!




El día de mi cumpleaños como tal, empezó con un encuentro con un nuevo “flatmate”. Llevaba en el apartamento como una semana, hasta el momento no habíamos coincidido mucho y siempre estábamos de prisa. Finalmente ese día pudimos conversar por un rato antes de que él saliera a trabajar y mientras yo preparaba mi desayuno de cumpleaños. Hasta ese momento sólo sabía que era de Siria. La conversación probablemente no duró más de diez minutos, pero sin duda será una de las conversaciones más importantes que tenga en mi vida.

Me contó que estaba trabajando en un restaurante libanés, que trabaja muchísimo y acordamos que algún día iría a probarlo. Me contó que le gusta Bournemouth, que lleva un año acá y también me preguntó por mi país. Inevitablemente llegamos al tema de Siria, tema que tenía mucho miedo de tocar. Trate de irme por las ramas y hablar del idioma, de la geografía… La comunicación era complicada por aquello de la barrera del lenguaje, él lleva poco tiempo aprendiendo inglés. Hablamos de la distancia que hay de aquí hasta Siria y apareció el tema de un posible retorno y la respuesta fue incierta… Me contó que tuvo hijos y esposa, pero que murieron en la guerra. Me contó que tuvo una casa pero “¡bumb!”,  usó el lenguaje universal de la guerra, que lamentablemente muchos entendemos con claridad. Yo solo pude decir “I am so sorry”, y sin que pudiera pensar siquiera en evitarlo, cayeron lagrimas de mis ojos. Se despidió y se fue.

Su historia me conmovió en exceso, así que fue un desayuno de cumpleaños acompañado de lágrimas. Sin embargo, al mismo tiempo y como cosa curiosa,  me sentí muy afortunada y pude entender que ese era tal vez el mejor regalo de cumpleaños que puede recibir. Estaba lleno de significados, perfecto para mi que me encanta rebuscarle significados a cada cosa.

Me sentí más viva que nunca. La vida me estaba dando la oportunidad de ser consciente de lo que estaba pasando en el mundo –se hablaba de la posibilidad de una tercera guerra mundial y el tema de Siria estaba a diario en los periódicos-, pero sobre todo, de ser sensible a ello. Si hubiera estado en Colombia no habría conocido a Maftah y tal vez esas noticias de los periódicos y los noticieros pasarían por mi mente como cosas que le pasan a otrxs, me afectarían por uno segundos y ya está. Pero no, en este caso estamos hablando de mi “flatmate” que duerme a tres metros de mi, cómo no ser sensible a ello y tratar de hacer algo respecto a sus circunstancias si lo veo todos los días. Si, me sentí muy viva porque si no fuera sensible a esas cosas, da lo mismo estar muerta. Creo que a veces necesitamos esos sacudones para resucitar o hacer que explote la burbuja.

Así mismo, a veces la burbuja no nos deja ver que los problemas del primer mundo realmente no son problemas. Y qué mejor manera de empezar un nuevo año que siendo consciente de lo afortunada que soy por todas las experiencias que puedo vivir, por mi familia, por mis amigos, por el alimento, por lo que he aprendido y por poder construir la vida que quiero vivir a mi manera; pero sobretodo por saber que las bendiciones que recibo a diario, casi son inútiles si no las comparto o no las pongo al servicio de los demás.

Después del maravilloso suceso, fui en bici con mi querida amiga Melaine a Christchurch, un pueblito cercano: un paseo en bici y un hermoso atardecer, perfecto para terminar el día. Melaine me regaló manillas de la amistad, el regalo no es la manilla, el regalo es la amistad. Esos fueron mis regalos de cumpleaños, es bueno recordarlos en los momentos difíciles, aunque debo confesar que a veces no funciona, así que este será otro año aprendiendo a amar, a perdonar; otro año de descubrir, mejorar y siempre, de compartir.


“HAPPINESS [is] ONLY REAL WHEN SHARED”.


sábado, 21 de noviembre de 2015

✩ Una vez en Bournemouth...

Bueno, este post es acerca de mis primeros dos meses en Bournmouth, ventajas, desventajas, subidas, bajadas y aprendizajes. 

Como les contaba en el post anterior, decidí que mi siguiente aventura sería mudarme a Bournemouth. Por más de que llevaba pensando en esto desde más o menos seis meses las cosas al final se dieron muy precipitadamente: quince días para aplicar a la visa, y de ser admita, quince días para comprar tiquetes, organizar todo en Bogotá antes de irme, empacar maletas, planear una nueva vida y decir adiós a amigxs y familiares.

Una vez admitida fue una locura, habían muchas cosas que tenía que hacer, muchas personas con las que quería pasar tiempo antes de irme, tenía que buscar dónde vivir, adivinar que tendría que llevar para vivir un año en Inglaterra y meter todo en dos maletas fuera como fuera. Finalmente, todo salió bien. Fue difícil decir adiós, pero también fue muy significativo para mi que ese hubiera sido un  motivo de reunión e incluso de reencuentro, reafirmando que habían muchos motivos para que ese adiós solo fuera un “hasta luego”, así que no me sentí tan mal por no haberme podido despedir de todo el mundo, sé que nos veremos muy pronto.

La llegada obviamente tuvo contratiempos, empezando por lidiar con mis maletotas en el aeropuerto y pasando porque el taxista no encontraba la dirección de la casa, así que me dejó por ahí cerca, por suerte llegué por instuición. Las primeras dos semanas me iba a quedar en la casa de un colombiano, ese día él no estaba en casa, así que estaba esperando Melanie,  la primera persona que conocí en Bournemouth y una de mis "flatmates" (más otros dos portugueses). Lo mejor es que Melanie también es vegetariana!!


Con Melanie explorando restaurantes en Bournemouth :)
El primer fin de semana fue para ubicarme en la ciudad, descubrir supermercados, buscar una sim card, visitar mi college y lo más importante: encontrar una bicicleta. Pese a que todo se daba fluidamente y a que mis experiencias en previos viajes ayudaban bastante, había miedo, incertidumbre, y algo de ansiedad por saber cómo se iban a dar las cosas en esta pequeña ciudad en tan "largo" tiempo… qué había detrás de puertas y ventanas? a quiénes conocería? era la ciudad correcta para mi? cuántas preguntas!!!! Y como decimos en Colombia: “lo que fue fue”. Había que dejar el miedo de lado y salir a explorar, asumir Bournemouth como lo que es, mi nuevo hogar.


Bournemouth
Mi primer día en el college fue confuso, primero porque casi no puedo encontrar la oficina a la que tenía que ir, me enviaron tres veces al lugar equivocado, fue un video, y segundo porque sentí que estaba en casa, en la clase éramos como 12 colombianxs, una venezolana, dos tailandesas y una japonesa.

Fue lindo encontrar gente con quien me podía entender tan fácilmente, la mayoría estaban dispuestos a ayudar ya que sabían cuáles eran las preguntas más frecuentes, las dudas y los sentimientos de esos primeros días lejos de casa, pero también estaban los que te asustan y te predisponen. Oí un montón de cosas sobre lo que es vivir en Bournemouth, algunas negativas, otras positivas, trataba de ignorar muchas cosas para no predisponerme y así poder construir mis propias opiniones a partir de mi propia experiencia, pero obviamente también saqué mucho provecho de todo lo que me decían, así como también inevitablemente me predispuse en ciertos aspectos. Sobretodo me preocupé por mi inglés, estaba oyendo demasiado español!


The class

Me hice especialmente amiga de Melaine, una barranquillera apaisada súper buena gente que llevaba un mes acá y ya había superado muchos de los procesos que yo estaba por iniciar, como abrir una cuenta bancaria, hacer tramites para poder trabajar, conocer gente… Agradeceré por siempre toda la ayuda que me brindó y su compañía. Melaine me introdujo a ciertos eventos para practicar idiomas y conocer gente, lo cual fue genial, pues antes estaba un poco prevenida por salir sola, pese a que no había razón para ello.


With Melaine
Poco a poco iba conociendo gente, aunque no con muchas cosas en común conmigo, era interesante estar en un lugar tan diverso, porque siempre diré que Bournemouth es demasiado internacional, tal vez por esto no es el mejor lugar para aprender inglés, pero si para conocer gente de todo el mundo!!

Antes de lo esperado encontré un trabajo temporal, nada fijo, pero sirvió mucho para ver cómo funcionan las cosas en los restaurantes, ganar un poco de experiencia e iniciar lo que iba a ser mi vida laboral aquí. El trabajo era como mesera en un restaurante indio pero administrado completamente por gente de Bangladesh. Para comenzar estaba bien, pero no me imaginaba trabajando allí por mucho tiempo.

 Tom
Fue muy lindo reencontrarme con viejos amigos en esta lejanía. Primero Tom, un amigo inglés, estuvimos cocinando y recorriendo The Jurassic Cost, una parte hermosa de la costa sur de Inglaterra. Siempre es reconfortante saber que hay alguien cerca con quien puedes contar. Después Arve, quien estaba de visita desde Noruega, estuvimos explorando Londres, pero sobre todo como siempre compartiendo nuestros sueños de viajes, mejor dicho, de vida. 


Stunning Jurassic Cost
Best friends :)
 Los primeros meses fueron de subidas y bajadas. Había veces en que podía disfrutar plenamente las ventajas de estar acá, la cercanía de todo, la seguridad, la diversidad de tipos de comida, de culturas… Sin embargo, también sentía que Bournemouth no estaba llenando mis expectativas, que no encontraba gente con mis mismos intereses, que no había mucho por hacer. Sin embargo, habían cosas que me animaban muchísimo y me hacían muy feliz de estar acá, por ejemplo el templo budista me ayudó muchísimo, siempre había gente interesante y llena de paz con quienes conversar, el mar, las salidas a los alrededores, poder practicar inglés y la libertad que me daba estar completamente a cargo de mi vida: hacer mercado, establecer mis horarios, preparar mi propia comida, tener mis propias reglas… era muy emocionante vivir todo esto por primera vez.


Healing sea
Así fue el inicio de mi vida en Bournemouth y hasta el momento puedo decir que si hay algo que he podido confirmar es que al final "every little thing is gonna be alright". Ya veremos qué más me depara el destino en estas tierras sureñas del norte.


Sunset



martes, 10 de noviembre de 2015

✩ Bournemouth (intro)

Dicen que la vida es muy corta para hacer una sola cosa y el mundo demasiado grande para vivir en un solo lugar y yo estoy completamente de acuerdo, por eso decidí que era el momento de hacer un cambio y experimentar lo que es "mudarse" a otra ciudad, a una donde todo fuera lo más nuevo posible. Esta vez quería estar en un solo sitio por un buen tiempo, un  año o algo así, pues viajando siempre me ha quedado la sensación de que 3, 4 o incluso10 días no son suficientes para conocer bien un lugar, así que siempre estuvo en mis planes vivir esta experiencia.

La excusa. Además del motivo del que les hablaba, había que buscar que hacer en ese lugar. Por aquello de las visas una de las pocas maneras de ir a vivir a otro sitio sin problemas es ir a estudiar. En mi caso, como me encanta aprender idiomas, decidí irme por ese lado, cumplir la meta de perfeccionar mi inglés lo más que se pueda, y de paso aspirar a tener una carrera alternativa por ese lado.

El lugar. El lugar como siempre no es que importe mucho, creo que cada lugar tiene su magia, su razón de ser, sus historias particulares de las cuales siempre se puede aprender un montón; de toda forma de vida hay algo que aprender por más diferente que sea del nuestro. Sin embargo, si había que tener en cuenta algunas cosas, por ejemplo que pudiera encontrar un trabajo para poder sostenerme, que pudiera cumplir los objetivos antes mencionados, que fuera una experiencia completamente nueva. También es muy importante para mi poder ver y vivir el contraste, así como esta vez escogí Europa, mañana quisiera más que nada ver Asia y África. Del contraste he podido aprender un montón de cosas: aprender a valorar lo que se queda en casa; las diferentes formas de ver el mundo, de ver la riqueza, la pobreza, de la injusticia y he re contra confirmado que hay muchas cosas que tenemos que cambiar y a veces es necesario salir de la burbuja para poder ver esto, inspirarse y por qué no? incluso pensar soluciones. No hay una verdad absoluta, sino mil y un maneras de interpretar el  mundo, eso lo  he aprendido de primera mano y para mi ahora vivir se trata más de apreciar las ventajas de poder contrastar los extremos de este mundo.

Bournemouth. Este fue el lugar ganador en un concurso de varias opciones entre Sur Áfica, EEUU, India (lugares que solo quedaron aplazados). Queda al sur de Inglaterra. Una ciudad bien diferente de Bogotá, ni siquiera un millón de habitantes y al ladito del mar, siempre quise vivir al lado del mar por un tiempo. Está rodeada de naturaleza (The New Forest) y hermosas paisajes (Jurassic Cost). Seguro encontraré unos buenos contrastes aquí.  






Y nada, esta solo es una pequeña introducción tardía a un nuevo capitulo de mi vida: My life in Bournemouth :)





martes, 1 de septiembre de 2015

✩ La vida normal

Después de viajar en bicicleta por tres meses, viviendo casi en libertad total, supuestamente era el momento de volver a la vida “normal”. Regresé a Bogotá, donde he vivido casi toda mi vida, traté de retomar mi vida allí, buscar un trabajo y planear el camino a seguir. Aquí un poco sobre lo que pasó:

Empecemos con eso de buscar un trabajo. Quisiera que alguien me explicara cómo funciona eso de la experiencia laboral, cómo se consigue experiencia si uno nunca encuentra trabajo... para mi por ahora es un completo misterio. A la final resultó ser misión imposible encontrar un trabajo adecuado para mi (una persona con sueños y ideales y un poquito terca). Después de tres meses buscando, después de caer en estafas, desesperarme y resignarme, decidí entrar a un call center pues era prácticamente la única opción para poder ahorrar algo de dinero para el próximo viaje (por supuesto!).

Dejando de lado todo lo que implica un call center (mano de obra barata en el tercer mundo), trabajar allí fue toda una experiencia que en general califico como positiva, no porque me haya gustado, no porque los horarios o el pago fueran buenos, no porque el abuso de la mano de obra barata en países de tercer mundo sea justa, sino por haber tenido la oportunidad de conocer una nueva realidad, la realidad laboral colombiana o del mundo. Al menos di con una empresa que tenía una "filosofía alternativa" dentro del espectro empresarial, según ellxs tratan de generar un ambiente amigable para los trabajadores de manera que seamos más productivos ("¡Súper queridxs!" (sarcasmo)), pero supongo que hay lugares peores.  En fin, considero que he sido afortunada al liberarme de la jaula mental de que lo único que vale la pena en la vida es ser una trabajadora exitosa y construir una carrera laboral, y como también tenía claro que lo que quería era ahorrar dinero para viajar, cualquier trabajo me venía bien para cumplir ese objetivo y entre más rápido empezara mejor. Así que sin muchos remordimientos y pensando siempre en mi meta pasé casi tres meses allí, tres meses trabajando casi sin descanso.

Trabajar allí me abrió los ojos, pude ver realidades que de otra manera no hubiera conocido, supe lo que es vivir en una ciudad tan grande y ser esclavx de ella. La vida en la ciudad puede ser realmente dura y con mucho drama si no se sabe conllevar adecuadamente, especialmente si estamos hablando de una ciudad tan grande como Bogotá. Empecemos por el transporte: si uno no vive cerca del lugar de trabajo es un verdadero drama, significa estar más o menos 2, 3 o incluso 4  horas de tu día en un bus (generalmente de pie y espichadx), mucho estrés, contaminación... es aquí cuando digo que puede ser un verdadero drama. Sin embargo, hay maneras de hacerlo más llevadero, en mi caso, mi amada bicicleta y el hecho de haber entrado a trabajar en un lugar cerca de mi casa me ahorraron buena parte del drama. Creo que este es un factor que hay que tener en cuenta a la hora de encontrar un trabajo, sé que muchas veces parece que no hay opción y otras muchas en verdad no la hay, pero es muy importante al menos intentar tenerlo en cuenta pues puede influir ampliamente en nuestra calidad de vida y que puede haber más importante que eso. No es saludable trabajar ocho horas y pasar tres horas transportandose, una vida así puede llegar a ser altamente depresiva.  

Continuemos con el asunto del sueldo. Es aquí donde debo reiterar infinito agradecimiento con la vida que me ha puesto en una situación privilegiada de manera que podía satisfacer mis necesidades y cumplir mis metas satisfactoriamente con ese sueldo. Los salarios realmente son muy bajos, no pensando en mi estilo de vida, pues para mi podría ser más que suficiente para pagar una habitación, comer y salir de vez en cuando ya que no tengo mayores obligaciones, pero para otras personas las cosas pueden ser mucho más complicadas y realmente me les quito el sombrero. Muchxs trabajan y estudian, otrxs tienen hijxs, tienen que pagar transporte (porque por x o y motivo no pueden usar bicicleta), colegios, arriendo y alimentación con ese mismo sueldo. ¿Cómo lo hacen? No tengo ni idea, pero tengo el presentimiento de que implica renunciar a muchas cosas y encerrarse en la monotonía. Además es un sueldo que garantiza mínimas posibilidades de progresar. Para mi significaba estar muy cansada y no poder trabajar mucho en mis proyectos personales, que realmente son más importantes, pero finalmente no pasaba de ahí, no tenía obligaciones y a la final no era más que un pequeño sacrificio para cumplir un sueño, para otros ese trabajo es casi la vida misma. 

Esos son por encima, sin mayor análisis y partiendo de mi experiencia personal algunos de los pormenores de la vida laboral en Bogotá, pero claramente al estudiar la situación con detalle uno se daría cuenta de lo complicadas son las cosas hoy en día, de las profundas fallas de este sistema para proporcionar calidad de vida y hacer las cosas más justas para todxs y de cómo las cosas tienden a empeorar. La ciudad parece absorber el alma, los sueños, ilusiones y maneras de ser, convirtiéndonos en máquinas y clasificándonos de acuerdo a los intereses del sistema. La conexión con la naturaleza se ha perdido completamente y  a nadie le importa. Y el camino de escape parece ser más espinoso. No estoy queriendo decir que haya descubierto algo nuevo, es solo mi choque con la realidad, con la vida normal a la que había estado escapando.



Lo importante de esto es que, pese a que es complicado vivir la vida normal, hubo un montón de descubrimientos, afirmaciones y aprendizajes. Me siento feliz de haber salido ilesa, con los sueños intactos y decidida a seguir buscando alternativas y a ayudar a construir nuevas para todos. Confirmé que definitivamente esa no era la vida que quiero, y que construir una alternativa no sería nada fácil, que tengo que pensar muy bien lo que quiero hacer y trabajar duro para conseguirlo. Sin embargo, también tengo claro que aún no estoy suficientemente segura de qué es lo que quiero, que tengo que conocer muchas cosas más antes de decidir lo que será el futuro, si es que en algún momento decido decidirlo. Mientras tanto quiero seguir conociendo otras maneras de ser, de vivir, otros paisajes, otras personas, otros proyectos. Seguir conociéndome, aprendiendo y probando diferentes opciones. No estoy posponiendo nada, por ahora ese es mi proyecto de vida.