sábado, 13 de agosto de 2016

✩ ¿Cómo no planear un viaje en dos meses?


Mis clases en Bournemouth habían terminado en mayo, dandome tiempo de sobra para preparar el viaje, supuestamente. Algunas cosas se dieron facilmente, por ejemplo la compra de la bici, otras sencillamente no funcionaron pero si tomaron mucho tiempo, como enviar mis cosas a Colombia (nunca intenten enviar algo de Inglaterra a Colombia!). Unos días antes del día de salida solo faltaba comprar algunas cosas, pero el problema del envio hizo que entrara un poco en pánico y perdiera el control, así que pese a que ya tenía todo el equipo y documentos de viaje listos, aún habían varios pendientes que estaba olvidando y por supuesto los eventos inesperados no podían faltar, como descubrir que mi bici tenía un rayo suelto dos días antes de mi partida. Pese a que la había llevado a revisión general en dos talleres diferentes, ambos pasaron por alto ese detalle. Sin embargo, sí tuve tiempo para personalizar un poco mi bici con un molino de viento que roba sonrisas por donde vamos y estrellas en los rayos ;-).

Como fuera, Uniconio Segundo estaba listo el viernes en la noche para salir. Yo no. Aún tenía que desaserme de muchas cosas que había acumulado durante mi estadía en Bournemouth, dejar la habitación lista para entregar y distribuir todo el equipo en las alforjas, lo cual no es nada fácil pues el peso tiene que estar muy bien distribuido para evitar accidentes.

Siempre he admirado a las personas que pueden planear un viaje con todo detalle meses antes del viaje, para mi esto es imposible pese a que cada vez voy mejorando. Sin embargo esto no ha sido, ni será un impedimento para salir, no vale la pena aplazar un viaje hasta que este todo planeado y tampoco vale la pena planear cada detalle, es bueno perderse un poco y dejar una parte al azar. Por eso, corriendo y todo, ese sábado salí tres horas más tarde de lo planeado, pero salí. Por suerte uno de mis house mates me ayudó bastante con los últimos detalles, o si no hubiera salido como a las cinco.

A eso de las 3:15 salí de Bournemouth, me esperaban casi 50 kilometros, más las perdidas. Como buena improvisadora no había hecho el viaje de prueba, ese que los buenos planeadores siempre hacen, y mi entrenamiento se había limitado a las maletas de atrás, así que tan pronto empecé a pedalear sentí que el peso estaba terriblemente distribuído, había mucho peso en el frente y era muy difícil manejar el manubrio, paré a dos cuadras de mi casa en un cementerio y rápidamene redistribuí el peso. Ahora sí estaba lista para seguir.


La primera parte fue sencilla porque conocía el camino hacia el New Forest, pero una vez allí empecé a perderme una y otra vez. En una ocasión, sin darme cuenta, tomé la ruta equivocada y cuando me dí cuenta ya estaba muy lejos para volver a la ruta correcta, además había una cicloruta, pensé que estaría bien... Unos metros después, la cicloruta desapareció, solo había maleza y no había espacio para montar la bici. Tuve que caminar un buen rato entre la maleza hasta que llegué a una carretera que me llevaría de nuevo a la ruta correcta, esos fueron los kilometros extras de ese día. También fue màs empinado de lo que pensé y obviamente el primer día nunca es fácil, hasta ahora me estaba acostumbrando al peso y faltando unos 17 kilometros ya estaba muy cansada.


Finalmente llegué a Southampton, sin batería en el telefono (o sea sin GPS), un poco por inercia y agradeciendo que ya había estado allí antes y que más o menos recordaba el camino, pero feliz de que el viaje había empezado. Ese día comprobé que tengo buenas probabilidades de llegar a mi meta. Ese fue el viaje de prueba y pese al cansancio había salido bien. También fue un poco triste darme cuenta que estaba saliendo de Bournemouth definitivamente y llegar a Southampton sabiendo que no vería a ninguno de mis amigos que viven allí.

Por suerte, Prav y Hanna de Couchsurfing me hospedaron y la pasé muy bien con ellxs :-) fueron super amigables, hospitalarios y conversadores, además estaban muy entusiasmados por mi viaje en bici y porque yo era su primera surfer. Lamenté no poder quedarme más tiempo.


Terminé muy cansada pero feliz, finalmente había empezado el viaje que llevaba planeando en realidad desde hace como un año!!!!

En una noche ya estaba muy amañada con Prav y Hanna. Realmente no me quería ir de Southampton... nunca es fácil decir adiós. El segundo día logré salir un poco más temprano que el primer día, pero no lo suficiente...

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